Éxito visual. Reconocimiento de los medios. Remuneración económica.
Este es problema para algunos artistas, que se hallan realizando una obra durante años detenidos en la profundidad de un solo cuadro: "poder acceder a esta nueva forma de percibir lo artístico o lo bello."
Mientras otros realizan 100 obras por año, vendiendo quizás con suerte la mitad y el resto del tiempo contestando preguntas sobre los aspectos de la naturaleza de sus obras…o de sus momentos de inspiracion, sin dejar en claro quizás si es la reproducción masiva o la realización –creativa-reconstructiva lo que prevalece en el gusto de los espectadores o los nuevos “consumidores de cultura”.
Es un desafío poder llegar a ser “un reconocido” desde lo esencial de la expresión personal, que en ocasiones aparece como gratuita, sin fines comerciales mas que tener suficiente dinero para poder comenzar el segundo cuadro. Desde donde seguramente encontrara el verdadero aliciente de su arte y el descanso de su espíritu.
Quienes suelen renocer este trabajo, son los que han descubierto lo efímero del artista y la importancia de la Obra por encima de este ultimo, que no termina con su muerte, sino que prevalece en el tiempo como una huella mas de esta humanidad que nos pertenece y comunica a nuevas generaciones la realidad de determinadas corrientes de pensamiento y de vida, como tambien viejos simbolos (por ejemplo los precolombinos) que vuelven a manifestarse en formas y colores.
Con esto no quiero decir que uno sea artista y el otro sea solo un producto de consumo, todo lo contrario, pienso que ambos muestran distintas facetas de la realidad como en todos los tiempos a sucedido…y de eso también trata el arte... solo que están quienes se diluyen con las modas y están quienes sobreviven a ellas albergando la metamorfosis universal como una pieza mas dentro de su obra. Lo que veo apresurado es dejar de apreciar a un Tiziano o a un Durero, tan solo por el hecho de no ser actuales y pocos reconocimientos se les hacen a estos artistas, incluso en el ámbito de los mismos creadores. Hoy es comun ver como se presentan obras minimalistas, conceptuales, etc, de las que sacan conclusiones tan profundas como las del renacimiento. Pero yo me pregunto si es posible siquiera compararlas?...se realizo en Madrid hace una semana una muestra en la cual se hacia una reinterpretacion de las obras de Picasso aunque aun no entiendo esta forma de revalorar un conjunto de obras del calibre de un Picasso. Arte que resignifica?, arte que reinterpreta?, arte de vanguardia?...
Lo mismo sucede con quienes escriben libros. Los llamados escritores del momento, pueden ser geniales, expresar a través de sus escritos lo que el nuevo lector pretende o lo que vive, pero también están los escritores que sobreviven a todos los tiempos y a todas las formas de lectores y que por lo tanto cobijan en su obra sucesos que por siempre serán actuales. .
Creo que la diferencia entre uno y otro es la capacidad de dejarse llevar por su propio genio y permanecer en la vida en la búsqueda de la expresión, ó por el genio ambiguo que proponen los medios y las sociedades actuales.
Quizás el fenómeno tiempo esta volviendo a los hombres mas adaptados para leer los títulos y no para leer 10 capítulos de un libro. (¿al igual que la muestra de reinterpretación de Picasso?)
Con lo cual lo que hay que advertir es que según los parámetros actuales no hacen falta demasiados conocimientos de las grandes obras ni experiencias de vida profundas para erigirse en escritor del momento y ofrecer la obra terminada, empaquetada, lista para leer en media hora.
Pero así como en el ámbito de la escritura, la música y la pintura suceden estos fenómenos de la obra para las góndolas, también sucede en la vida diaria de las personas, que todo el tiempo están generando este tipo de obras de colección, quienes tienen dinero pueden tener una replica de cada cosa en su armario, para decorar no solo con objetos y arte su casa, sino que pueden decorar su propia vida sin necesidad de detenerse a cultivarla. Ya estamos viviendo esto, ya estamos pudiendo realizar a nuestros hijos según como los soñemos antes de nacer, entonces no parece extraño este giro en la apreciación de lo bello artístico o de quien puede o debe ser llamado artista.
Solo hace falta aprender una cosa para entender estos tiempo que vive el arte, no es que ya no se valoren ciertas obras y a sus creadores, sino que ya no se valora el sentido que tiene todo aquello para nuestras vidas hoy. Es verdad que el pasado ya no esta, pero tambien es verdad que el pasado nos conforma y nos alimenta para ser lo que somos.
Nuevas tendencias estan marcando hoy un camino diferente, es difícil saber hacia donde desde una mirada tan reciente. Lo que si se puede notar con toda claridad es el apogeo y culto de la imagen. Nada nuevo por cierto.
De "Fantasmas que regresan para hablar del futuro". A.G. Editorial Krademono, Madrid, 2008.
